Una Niña llamada Dilia
/Llegó Diciembre, y con él una de las épocas más especiales del año, Navidad. Nuestra Casita Feliz, el centro de rehabilitación nutricional de nuestra institución que durante más de 50 años ha recuperado miles de niños de las garras de la desnutrición, se encuentra hermosamente decorada, con un Papa Noel que de su trineo lleva muchos regalos con la foto de cada uno de nuestros pequeños, y que cada día nos recuerda que, precisamente, ¡estos niños son un precioso regalo de nuestro Dios!
En particular, esta navidad tendrá un tinte diferente para Dilia, pues será la primera que celebre lejos de su hogar, sin embargo, en lugar de ser triste será llena de alegría y gozo para esta pequeña, que a sus 13 años de edad ya conoce en carne propia los efectos desgarradores del hambre.
Fue en los bordos de la ciudad más prospera de Honduras, la llamada capital industrial, San Pedro Sula, en donde Dilia inició su lucha por sobrevivir, es en esos cordones de miseria que se forman a las orillas de las ciudades en desarrollo y donde miles de familias marginadas emigran desde los lugares rurales con la esperanza de mejorar su calidad de vida encontrándose, en la mayoría de las situaciones, con más pobreza y miseria que la que dejaron atrás. Es la historia de la madre de Dilia, quien se dedica a recoger botellas plásticas y latas de la basura para luego venderlos y obtener algo de dinero para comprar alimentos para sus tres hijas, sin embargo, en muchas ocasiones regresaba a su casa con las manos vacías, y con el dolor de ver a sus hijas padecer de hambre al igual que ella. Dilia, por su condición del lenguaje asistió a terapias en la fundación TELETON, pero debido a la falta de dinero, su madre no pudo concluir el tratamiento que allí se le brindaba.
Dilia sufre de desnutrición severa en tercer grado, fue admitida en la Casita Feliz el 31 de Octubre pasado, el caso de esta pequeña ha sido uno de los más extremos que han pasado por nuestra institución este año, fue remitida hacia nosotros por la fundación Nutrehogar, quienes le dieron seguimiento al caso de Dilia.
Debido a la extrema desnutrición de la pequeña tuvo que ser internada en el hospital Mario Catarino Rivas, de la ciudad de San Pedro Sula, donde permaneció durante 4 semanas, con el diagnóstico de desnutrición del tipo Kwashiorko, anemia, parasitismo, atrofia cerebral y además los médicos dejaron constar el desarrollo cerebral y motor que muestra la pequeña es el de un bebe de 1 año de edad.
A pesar del desalentador diagnóstico del Hospital, Dilia fue admitida en nuestro Centro, donde brindamos un plazo de seis meses a la fundación Nutrehogar para poder recuperar del completo el desarrollo físico y muscular de la pequeña. Desde el día de su ingreso, la enfermera responsable de los niños inició con una serie de terapias para Dilia, y con el esmero de todo el personal de la casita, incluidas nuestras muchachas del Hogar, Dilia logró dar sus primeros pasos a un mes de haber iniciado su tratamiento, buena comida, amor y cuidados especiales han marcado la diferencia en la vida de Dilia.
Estamos muy orgullosos del avance de Dilia, y confiamos en Dios que muy pronto podrá recuperarse por completo para que pueda disfrutar de la niñez que el hambre le robó.